domingo, 23 de marzo de 2014

Desguace (Alberto Muñoz)


río paycarabí / invierno 2013- marisa negri





Una mancha pasa río abajo, es gasoil, hay un desguace cerca de aquí. La vieja lancha almacenera va camino al cementerio, hundida en el agua saluda por última vez.
La torcacita canta por motivos ajenos a ese cuerpo de clavos que el río arrastra. Como un jinete, el patrón de la almacenera viaja aferrado a su timón, muerto de frío. El viento barre una cinta de luto, el ojo rosado del gasoil extermina los helechos de la costa y los huevos del caracol.
Una opulencia de hormigas negras llevando a sus tierras subterráneas excrementos y hojas bermejas  forman un camino, ¡Ah, imitan las arquitectas divinas el periplo de la barca al cementerio! Lo mismo sucede por el río que por la tierra; un brazo rápido tuerce los rosales (también los pétalos sienten el martirio). La drupa pequeña del álamo envía al funeral sus frutos comidos, sus parásitos.

¡Éste es el paraíso terroso y anaranjado! Nec spe, nee metu, ni esperanza ni miedo.

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