lunes, 31 de marzo de 2014

Almanaque isleño: Abril (Alberto Muñoz & Javier Cófreces)


Moradas filosofales / Horacio Gerpe





A lo largo del mes las casas se hunden unos centímetros, cansadas ya de sostener el peso de las cocinas económicas. Hay un acopio de leña y de hongos que parasitan las fallas antiguas de la madera. Los pájaros levantan el edificio de la tradición. Parlotean como viejos sargentos, dando órdenes para que el verde erotismo trabaje sin exceder la inteligencia de las anguilas. Reaparecen las fogatas, la presencia de Haroldo Conti y el humo liberado por el tránsito de tijeretas que abren sus colas con mayor convicción. El trabajo violento y de zozobra de la comadreja es estudiado con fines sonoros, para escribir o leer a primera vista sones y estribillos adheridos a los muelles después de una bajante. Viejas semillas del guaraní hacen dulce con los postigos. Las casas son pintadas a la mañana y despintadas a la noche por los insectos removedores de esmaltes. La madera se torna quebradiza y detrás de ella viven bichos ruidosos haciendo su anónimo trabajo.

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